Hace unos meses salió el videojuego que prometía recrear el mundo de familias, negocios, juramentos, traiciones, venganzas y ametralladoras que dió forma el ya clásico Mario Puzzo en su inmensa novela «The Godfather» o «El Padrino», como le conocemos por estas tierras. Al juego no le han dado muchas vueltas, al contrario, han tratado de basarlo lo más exacto posible al libro, para empezar le llamaron de forma indéntica: The Godfather (en inglés) y El Padrino (en nuestra lengua). Para seguir, contrataron a casi todos los actores, como Marlon Brando (antes de morir), James Caan, Robert Duvall, Abe Vigoda y algunos otros mas, con la falta demasiado notoria de Al Pacino, quien no sólo se negó a participar, sino que prohibió el uso de cualquier alusión a su nombre o imagen, por lo que optaron por crear un personaje lo más idéntico posible a lo que la novela relata.
Lo conseguí hace unas semanas, pero hasta anoche no lo instalé y lo probé, y probé y probé hasta que se dieron casi las cuatro de la mañana y me percaté de que era lunes y que en dos horas tenía que despertarme, cosa algo difícil cuando uno ya está despierto, pero esas son ya divagaciones de una mente que aún no ha podido dormir los minutos correspondientes del día, o de la noche, o de la tarde o loquesea.
El cuento es que me enfundé en los zapatos de un aprendiz de mafioso, con la aprobación de Don Vito y la ayuda de Clemenza y Luca Brasi (aunque creo que uno de estos es un traidor que está aliándose con los Tataglia). Me enseñaron a disparar, a sobornar a la policía y a uno que otro FBI, a «brindarles» protección a los tenderos y demas pequeños empresarios, a simular un accidente cuando algún bellaco no cumplía con sus compromisos de negocios, en fin, a comportarme con la ética, la estética y la dialéctica de un honorable miembro de la Cosa Nostra, encarnada por supuesto en la más honorable familia Corleone.
La banda sonora, los clips de las películas, los nombres, calles, armas, actitudes, aptitudes, habilidades, vicios, y múltiples etcéteras están contemplados en este juego con un detalle excelente. Es cierto que para los más puristas del género de videojuegos, este ejemplar no aporta mucho al mencionado, pues usa el motor del GTA (casi exacto) y el modus operandi del Mafia. Pero como yo sí soy fanático de la novela de Puzzo, y de la trilogía de Coppola, pues… ¡Que se cuiden los Tataglia!
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